En 2009, Charla Nash fue brutalmente atacada por un chimpancé llamado Travis, dejándola con heridas graves en la cara y las manos.
La historia sigue resonando en los medios hasta el día de hoy, ya que las consecuencias del ataque siguen afectando a Nash, quien quedó inválida y enfrentó numerosos problemas de salud debido a un trasplante de rostro. El ataque tuvo lugar en Connecticut, Estados Unidos, y Travis era propiedad de una amiga de Nash, Sandra Herold.

Travis había sido criado como un miembro más de la familia desde que era un bebé y había mostrado signos de inteligencia y habilidades avanzadas.

Sin embargo, el chimpancé seguía siendo un animal salvaje y había demostrado comportamiento agresivo en el pasado. En el momento del ataque, Herold llamó al 911, y la policía intervino, abatiendo al chimpancé. Nash sufrió heridas “horrorosas” y fue sometida a más de siete horas de cirugía en su rostro y manos. Perdió la vista, sufrió un trauma cerebral y su familia tuvo que organizar una campaña para pagar las facturas del hospital.

Nash ganó $4 millones en una demanda contra el patrimonio de Herold, quien murió un año después del ataque. Charla Nash continúa luchando por leyes que prohíban la tenencia de primates como mascotas y ha enfrentado más problemas de salud en los años posteriores al ataque, incluido un episodio de rechazo de su rostro trasplantado en 2016.

Las secuelas de un ataque salvaje: La vida de Charla Nash después del trágico incidente
Charla Nash sufrió consecuencias devastadoras después del ataque del chimpancé. Perdió sus manos, nariz, labios y parte de la estructura ósea de su rostro. Además, experimentó un trauma cerebral y quedó ciega. Para hacer frente a las abrumadoras facturas médicas, su familia tuvo que organizar una campaña de recaudación de fondos.
Cuando se examinó el cuerpo del chimpancé, se descubrió que no tenía rabia pero sí Xanax en su sistema, un tranquilizante que la señora Herold le había administrado. Entre los efectos secundarios de esta droga se encuentran desorientación, alucinaciones, ira y agresividad. Un año después del ataque, Herold falleció de un aneurisma cerebral. Nash ganó $4 millones en una demanda contra el patrimonio de su amiga.
En una de sus últimas entrevistas, Nash compartió que vivía en un centro especializado donde la cuidaban: “Perdí mucha independencia. Podía cambiar la rueda de un camión y ahora no puedo ni comer sola. Es muy difícil vivir. Ni siquiera vivir, medio vivir. A veces quiero llorar, salir, ir a tu casa. No sé cuál es mi futuro y eso es lo que me da miedo”, le dijo al Boston Herald en 2014.
En 2016, fue hospitalizada de urgencia debido a un nuevo rechazo del rostro trasplantado, pero logró sobrevivir. El año pasado, Nash le dijo al diario británico The Sun que aboga por leyes que prohíban la tenencia de primates como mascotas.
A continuación, se presenta el video de la llamada al 911 realizada por Charla Nash durante el trágico incidente: